miércoles, octubre 19, 2011

Sometidos a Votación

El debate sobre si votar, votar nulo, no votar, o votar en blanco, votar a unos por que si no ganan los otros, votar al partido Voto en Blanco o a cualquiera que no sea los partidos mayoritarios, está a la orden del día toda vez que se acercan unos comicios. Esta vez (por el 20N) incluso más, debido a los últimos acontecimientos: la crisis mundial, el ladrillo, el 15M.


Votar es un derecho, no es una obligación, ni tampoco un deber (si acaso un deber moral)

No creo que haya que votar solo por que hubo un tiempo en que no se pudo, ni tampoco por ley como en algunos países de sudamérica donde si no votas puedes perder algunos derechos de ciudadano (préstamos bancarios, etc).

Entiendo a quienes encarecidamente defienden ir a las urnas alegando que no es sólo un derecho si no un deber o que es la forma de expresar tu opinión, el camino para cambiar las cosas... Al final vienen a decir se pueden cambiar las cosas en las urnas y promueven el movilizarse para tener una oportunidad de cambiar y mejorar las cosas. Y realmente hoy en día creo que existe esa oportunidad, o al menos está más cerca que nunca. Esa "masa bruta" que es cualquier sociedad, se empieza a dar cuenta de que las cosas pueden hacerse de otra forma. Lo hemos visto en los países de Oriente Medio. 

Pero también entiendo a quienes no votan por que no quieren participar de un juego que a todas luces está amañado. Es comprensible. Votar a un partido aleatorio, o al partido en blanco puede considerarse igual de absurdo que quien opta por un voto nulo, por no votar o votar en blanco. En ninguno de los casos se está ejerciendo o usando la democracia correctamente. En democracia se vota para elegir un gobierno, no para impedirlo, no como castigo o para fastidiar al vecino del quinto. Del mismo modo es comprensible no votar si has leído todas las propuestas, y no te convence ninguna.

Por otro lado están aquellos que en lugar de votar, fichan cada 4 años. Que como sabemos forman un colectivo bastante importante, el mayor diría yo. 

Otro detalle en el que a menudo nos equivocamos es pensar que todos los votos valen lo mismo. Lamentablemente no es cierto y esta es otra de las grabes cagadas de nuestro sistema electoral. El voto de un señor de Vallecas cuenta muchísimo menos que el voto de un señor de Castell de fels (Castillo de Felpa). El número de votos necesario para conseguir un escaño varía en función de la densidad de población con el fin de "aumentar" la representación parlamentaria. De ahí que un partido como IU consigue menos escaños que el PNV por ejemplo, incluso habiéndolo superado ampliamente en número de votos. Esto da pie al re-fortalecimiento de partidos que, siendo más minoritarios y teniendo deliberadamente competencias más locales, acaban resultando determinantes en muchos asuntos de carácter general.


Con estos materiales se pinta el mapa de nuestro sistema democrático. Si es democracia o no, ahí no entro. Pero lo queramos o no, este es el traje que luce España para andar por Europa. Y nadie tiene ninguna duda de que se puede hacer mejor.

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